martes, 19 de septiembre de 2017

Historia


El sindarin (llamado también élfico gris) es una lengua artificial creada por el escritor y filólogo británico J. R. R. Tolkien,que aparece en sus historias sobre el mundo de Arda, y que es la lengua élfica más hablada en la Tierra Media.

Es una lengua élfica derivada del Beleriand, que desciende del lenguaje común de los elfos, pero sumamente diferenciada a través de las largas edades del Quenya de Valinor; también es llamada como Lengua de los Elfos Grises, la lengua de los Elfos de Beleriand, etc. Se utiliza en: Beleriand, Númenor, Tierra Media, Eressëa.

Como el resto de las Lenguas Élficas, el Sindarin derivaba también de la primitiva lengua común hablada por los Elfos en Cuiviénen (conocida como Quendiano Primitivo), aunque, a diferencia de la mayoría (sobre todo en el caso del Quenya), su fonología se había cambiado respecto a la de esta lengua original.

Esquema de los elfos.
El sindarin fue la lengua eldarin principal en la Tierra Media, la lengua vernácula utilizada por los Elfos Grises o Sindar. Fue la descendiente más destacada del telerin común, que era a su vez una rama más del eldarin común, el antecesor del quenya, telerin, sindarin y nandorin."En su origen la lengua de los Elfos Grises estaba emparentada con el quenya," explica Tolkien, "porque era la lengua de aquellos Eldar que habían llegado a las orillas de la Tierra Media y no habían atravesado el Mar, quedándose un tiempo en las costas del país de Beleriand. Allí Thingol Mantogrís de Doriath era el rey, y en el largo crepúsculo la lengua...se había apartado mucho de la lengua de los Eldar de más allá del Mar"

De esta forma, el sindarin se convirtió en la lengua de los sindar, el grupo de elfos teleri que prefirieron quedarse atrás durante la Gran Marcha de los elfos, por lo que el sindarin descendía de la lengua telerin común. Cuando los noldor volvieron a la Tierra Media desde Aman, usaron su lengua nativa, el quenya, ya que les parecía más hermosa, aunque comenzaron a aprender el sindarin. Sin embargo, los noldor hubieron de hablar el sindarin exclusivamente tras la prohibición que hiciera Thingol de usar el quenya debido a la Matanza de Alqualondë, aunque fue preservado como la lengua del conocimiento, como el latín.

Durante la Primera Edad existieron varios dialectos del sindarin:

Texto escrito en sindarin "Ónen i-Estel Edain, ú-chebin estel anim".
  • Doriathrin, o la lengua de Doriath, una variante que conserva muchos arcaísmos.
  • Falathrin, o la lengua de los falathrim de las Falas, más tarde también hablada en Nargothrond.
  • Sindarin del Norte, dialectos originalmente hablados en Hithlum y Dorthonion por los sindar.
Estos dialectos poseían muchas palabras propias y no eran completamente inteligibles con el sindarin de Beleriand. Con excepción del doriathrin, todos los dialectos evolucionaron bajo influencia del quenya y adoptaron muchas de sus características, así como muchos cambios fonéticos creados por los noldor, muy aficionados a jugar con las lenguas. Los diferentes dialectos desaparecieron después de que los noldor y los sindar se dispersaran tras las batallas de Beleriand. En los refugios de la isla de Balar y de las bocas del Sirion apareció un nuevo dialecto entre los refugiados, que se apoyaba principalmente en el falathrin.

Durante la Segunda Edad, antes de la Caída de Númenor, la mayoría de los hombres de la isla también hablaban la lengua sindarin además del adunaico, la lengua propia de los hombres que descendían de las tres casas de los edain. De esta forma, el sindarin se convirtió en una lingua franca para todos los elfos y sus partidarios, hasta que llegaron los tiempos en que los elfos fueron rechazados, excepto por los Fieles. Tras la caída, el conocimiento de la lengua se mantuvo en los reinos de Númenor en el exilio, fundados por los Fieles en Arnor y Gondor, hasta que paulatinamente cedió su status de lengua común al oestron a lo largo de la Tercera Edad, siendo sólo estudiado por los gobernantes y las personas cultas.







En su creación, Tolkien se basó en buena medida en la sonoridad del galés, utilizando incluso recursos fonológicos con funciones gramaticales muy propios de ésta y otras lenguas célticas como son las mutaciones y las metafonías. El Sindarin es, después del Quenya, el segundo idioma que más llegó a desarrollar.